¿Qué hacer si tu peque no quiere colaborar en la sesión de fotos?
- Selene Valerio González
- 5 jun
- 3 Min. de lectura
Una de las preocupaciones más comunes antes de una sesión de fotos familiares es esta:
“¿Y si mi peque no quiere colaborar ese día? ¿Y si no nos deja realizar la sesión como hemos planteado?”
Los niños y los bebés siempre sorprenden: algunos se lo pasan bomba desde la primera foto, otros necesitan su tiempo, su espacio o directamente no quieren saber nada de la cámara. Y está bien. Porque no hay una forma “correcta” de comportarse durante una sesión. Y mucho menos para los más pequeños.
Es importante estar abierto a cualquier situación que se pueda dar así que voy a compartirte algunos consejos para afrontar este momento con calma y sin presión 😉

1. No pasa nada si no quiere colaborar (de verdad)
Lo primero y más importante: no te agobies. No es un problema ni es culpa de nadie. Los peques son peques, y su forma de expresarse cambia según su estado de ánimo, su energía o simplemente lo que les apetezca en ese momento.
👉 A veces solo necesitan observar, estar cerca de mamá o tener un ratito a solas antes de soltarse.
👉 Otras veces, están más sensibles o cansados y no les apetece sonreír o jugar.
No hay nada que “arreglar” porque no están haciendo nada mal. La clave está en respetar su ritmo y acompañarlos desde la calma.
2. Nunca forzamos: adaptamos la sesión a su energía
Mi enfoque como fotógrafa es natural y emocional. Eso significa que no busco forzar una sonrisa perfecta, sino capturar momentos reales y auténticos. Si tu peque no quiere posar, no posamos.
Si quiere correr, nos movemos. Si quiere estar en brazos, hacemos fotos así. 💫
De hecho, muchas de las imágenes más bonitas salen cuando dejamos que los niños sean ellos mismos, sin expectativas ni presiones. Además, así les retratamos tal y como son, sin adornos ni poses fingidas.

3. Cambiamos el foco: conexión antes que poses
En vez de intentar que miren a cámara y sonrían, lo que buscamos es que se sientan seguros.
¿Cómo lo hacemos?
💛 Abrazos, juegos con mamá y papá, cosquillas, canciones, cuentos…
Todo eso vale más que mil “sonríe para la foto”. Y lo mejor es que esas imágenes transmiten muchísimo más. Cuando tú también estás relajada, ellos lo perciben y se contagian.
4. Trae algo familiar: su juguete, su mantita, un snack
Un objeto familiar puede marcar la diferencia. Ya sea su peluche favorito, una mantita suave o incluso algo para picar (no sería la primera vez que una pausa para una pausa para galletas nos salva la sesión 😂).
Traed algunas cosas que le hagan sentir en casa ayuda a que la sesión fluya. Quién sabe, quizá ese peluche también se cuela en una foto muy tierna 😍
5. Confía en que tenemos recursos
Después de muchas sesiones con peques de todas las edades y personalidades, te aseguro que siempre se consiguen fotos bonitas. Puede que no sean las que imaginabas, pero serán reales, emotivas y muy valiosas para ti dentro de unos años.
✨ Y si en algún momento hay que parar, respirar o cambiar el plan, lo hacemos. No hay un guion estricto. Nos adaptamos.
Y si no colabora... también es parte del recuerdo
Hay algo muy especial en capturar la realidad tal cual es. A veces, las fotos donde un peque no quiere participar terminan siendo las más auténticas, porque reflejan exactamente cómo era en ese momento: curioso, tímido, libre o simplemente él mismo.
No se trata de perfección, sino de verdad.

¿Quieres una sesión familiar sin estrés?
Si estás pensando en una sesión familiar pero te preocupa cómo reaccionará tu peque, estoy aquí para ayudarte.
📝 Escríbeme, cuéntame cómo es tu hijo o hija, qué le gusta, qué le da seguridad… y diseñaremos juntas una experiencia relajada, natural y llena de momentos bonitos.




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